No tengas miedo
Con información de Rosalía Álvarez, psicóloga y reclutadora con 8 años de experiencia en Recursos Humanos.
Seamos sinceros: todos odiamos los exámenes. No importa nuestra edad, siempre que estamos sometidos a algún tipo de prueba sentimos una presión inmensa.
Sin embargo, las pruebas psicométricas de nuestra primer entrevista laboral tienen un “no sé qué” que nos pone en una situación de extrema. O sea, ¡se trata de nuestro futuro! ¡¿Cómo no sentirnos más presionados que nunca?!
Relájate. Tenemos buenas noticias: No tienes de qué preocuparte.
Seguramente estás pensando, “ay, ajá”, pero tenemos buenas razones para decirte esto, y todo gracias a Rosalía Álvarez, psicóloga y reclutadora:
“No estoy convencida de las pruebas psicométricas. Éstas son manipulables por el candidato: Si vienes de buenas respondes una cosa, si vienes de malas respondes otra. Eso lo he visto miles de veces”.
Como lo comenta Rosalía, la prueba psicométrica es un dato más que el reclutador necesita para determinar si eres el candidato ideal.
“No sólo se evalúa la prueba, también la imagen, tu formación. La prueba psicométrica es un plus. En las empresas que he trabajado, es el punto 25 a evaluar”.
Ojo, siempre existen excepciones a la regla. Resulta que hay puestos en los que es importante obtener cierto puntaje para que puedas desempeñarlos. Por ejemplo, hay vacantes donde se maneja dinero, información confidencial, habilidades espaciales específicas o habilidades de trabajo en equipo, y es en los resultados del test donde el reclutador encuentra lo que está buscando.
Lo anterior no deberá desanimarte, piénsalo de esta manera, si tu puesto requiere que obtengas cierto puntaje de una prueba psicométrica para conseguir el trabajo y te va mal, es posible que ese puesto no sea lo tuyo, y probablemente no estarás a gusto. ¿Para qué quieres estar en un puesto donde tienes que lidiar con gente para darle servicio y tú odias hacer eso?
Ok, pero supongamos, como casi siempre ocurre, que elegiste la carrera correcta, en la que eres bueno y es lo que te gusta: cuando llegas a las pruebas psicométricas es porque tienes el perfil requerido para el puesto. Así que relájate.
Una vez que ha llegado la hora de la verdad, o la hora del test, recuerda lo siguiente, no respondas lo que creas que el reclutador quiere que respondas; muchas veces ahí está la trampa: contestas lo que crees que se espera de ti y al final de cuentas es ahí donde todo sale mal.
Al respecto comenta Rosalía: “Tratar de manejar las pruebas no arroja un resultado positivo. Como reclutador, cuando ves los resultados te das cuenta”.
Y nos da un consejo final: Responde lo que consideres. Tómate tu tiempo. Realmente no son preguntas del otro mundo. Incluso como candidato puedes pensar: ‘eso para qué me sirve’. Cuando ya estamos frente al reclutador es porque ya cumplimos con el perfil”.